Soy mujer, intelectual, con estudios
universitarios. Soy de la generación que tenía a la familia como el centro de la
sociedad, ella era el átomo del tejido social. Viví mi vida como quise, por
elección. He tenido maravillosos resultados para mi espíritu. ¿Pero de qué libertad me hablan? Somos de la
generación que lleva la casa, trabaja en su profesión, aporta en la economía
del hogar, ayudamos a nuestros padres, a nuestros hijos y daríamos la vida por
ellos. Esto sería maravilloso si no cupieran tantas diferencias. Existen
mujeres que nunca trabajaron fuera de su hogar (sabemos que en el hogar se
trabaja sin descanso y sin ningún sueldo). Existen las otras que priorizan sus
vidas profesionales, luego el hogar, al fin el divorcio ¿Y los hijos? ¿Y el
hombre dónde está? ¿Dónde está el camino que nos lleve a una sociedad justa,
con inclusión social, con hogares relativamente armónicos? Es muy difícil la
respuesta. Pero creo que mientras las mujeres estemos solo preocupadas por los “los pilates” , los “ spas”, las “cirugías” y
los hombres buscando “sus caretas” más adecuadas para aparentar una edad que no puede ganarle a la biología y un matrimonio que
busque un “country” para
demostrar ante el mundo que “valen algo” no tendremos hijos protegidos ni
ciudadanos positivos que construyan una sociedad que por lo visto va camino
al abismo. Amo mi libertad pero sé que está atada a pequeñas renuncias de mi
“ego” y por sobre todo al amor que siento por los míos. ¿Conservadora,
estúpida, vieja? No me importa. Es lo que pienso. Es mi libertad.***soy mujer
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