EL TESORO DEL ABUELO.
Estoy buscando el tesoro del abuelo .El me lo dejó para cuando yo fuera padre.
Ahora tengo un hijo maravilloso y deseo encontrar esas riquezas para él.
He caminado mucho, siempre con el mapa en la mano y algunas indicaciones en mi
memoria, ansioso, emocionado de encontrarme con el regalo del anciano.
Casi agotado llegué a un bosque, despejando con mis manos la espesura. Al
llegar al lugar miré asombrado la joya más preciosa que mi abuelo nos había
legado; una cristalina cascada de agua, saltaba musical y formaba entre las
rocas musgosas, una pequeña laguna. Lloré, pues había cruzado todos los
desiertos.***
ANA
MARIA MANCEDA